Una jueza prohíbe la venta del libro que narra matanza en el yasuní
La orden judicial llegó en medio acto de lanzamiento y causó indignación entre las cerca de 200 personas que colmaban el hemiciclo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Miguel Ángel Cabodevilla y Milagros Aguirre se encontraban presentando su libro “Una tragedia ocultada», que narra los hechos relacionados con la matanza de huaoranis ocurrida el pasado 29 de marzo en el parque nacional Yasuní, cuando fueron sorprendidos por la llegada de un funcionario judicial que era portador de una inesperada noticia: el libro, cuyos primeros ejemplares se vendían en la entrada, estaba prohibido de circular y difundirse “por cualquier medio».
La orden provenía de la jueza Hilda Yolanda Garcés Dávila, de la unidad de violencia contra la familia perteneciente a la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, y era una respuesta a la solicitud de medidas cautelares interpuesta por Wilton Guaranda, director nacional de Protección de Derechos Humanos y de la Naturaleza de la Defensoría del Pueblo. El argumento: el libro contiene fotografías
de las niñas taromenani secuestradas durante la matanza, lo cual, según el funcionario, atenta contra sus derechos, aunque los rostros de las menores han sido velados en las imágenes.
Fernando Carrión, académico de la Flacso que moderaba la mesa de expositores de este acto de lanzamiento, dio lectura a la parte resolutiva de la orden judicial y el público estalló en exclamaciones de rechazo. «¡Fascistas, fascistas!», coreó un grupo de asistentes mientras todos en la sala se ponían de pie y algunos pedían la palabra.
Afuera, los libros dispuestos en una mesa para su venta habían sido retirados ya y embodegados por pedido del mismo funcionario que portaba la orden.
«Una tragedia ocultada» es un relato de primera mano de los hechos que condujeron y siguieron a la matanza de marzo. Cabodevilla, misionero capuchino con 35 años de residencia en la zona del Coca y gran conocedor de la cultura huaorani, asegura que se trata de “una obra didáctica, pedagógica, no es una denuncia, los lectores verán que no está escrita en ese tono». Sin embargo, el libro sí pinta de forma elocuente la inacción de las autoridades de Gobierno que, habiendo recibido durante meses una serie de notificaciones y advertencias sobre la inminencia de la masacre, no tomaron medidas para evitarla.
Ahora Cabodevilla, que la semana pasada fue citado por la Fiscalía para que declare todo lo que sabe del caso y entregue copias de su libro, vuelve a lanzar la misma advertencia con serena firmeza: «No va a ser la última matanza. Dije lo mismo en el 2003 y me acusaron de tremendista. Que conste que lo repito». (R.A-HOY)