Elecciones anticipadas 2023

Por: Byron Solís V.

A estas alturas del partido negar que antes, en el gobierno “izquierdista o progresista” de Rafael  Correa, estábamos mejor sería un sacrilegio.

Pero ¿quiénes son los directamente responsables que esto sea una realidad? Los responsables, sin lugar a dudas, son justamente los sacrílegos de derecha que no pudieron superar el trabajo hecho por los “revolucionarios” cuando eran gobierno.

Esto para nadie es una novedad. Lo interesante es determinar si se pueden hablar de izquierdas o derechas. Como lo he dicho antes, el correísmo es un movimiento político socialdemócrata.

 Las señales están a la vista, pocos o nadie han sido militantes de izquierda; por ello, creer que Rafael Correa o Aquiles Álvarez son de izquierda es, indudablemente un craso error.

A lo largo de la vida política de este movimiento se ha develado su accionar “práctico” en el que, al momento de establecer algún tipo de beneficio, no importa coincidir con lo más recalcitrante de la derecha aplicando la política maquiavélica de “el fin justifica los medios”.

Ejemplos: la alianza con el Partido Social Cristiano y Guillermo Lasso, al inicio del período de este último, en que se establecieron repartos entre las tres fuerzas, su apoyo oculto a la ley que incrementó los impuestos para la clase media y trabajadora en la ahora disuelta Asamblea Nacional; así como, la unificación de criterios con los socialcristianos en cuanto al presidente Lasso y su gestión, lo que lo llevó al posible juicio político y eventual destitución.

La muerte cruzada fue vista como un triunfo por el correísmo y los socialcristianos porque en poco tiempo Lasso deberá dejar el poder, lo que perseguían luego de la traición de Lasso a sus acuerdos iniciales en la Asamblea Nacional.

El progresismo lo tienen en la boca; sin embargo, su candidata a la presidencia se ha pronunciado en contra de postulados feministas como la interrupción del embarazo en casos de violación, es Pro Vida como su gestor Rafael Correa.

Sus seguidores, los mismos que se dicen progresistas hoy justifican estas posturas claramente conservadoras. Con todas estas contradicciones ideológicas y al no tener un contrincante fuerte en estas elecciones anticipadas, los correístas se ven como los eventuales gobernantes. Pero también existen voces al interior que advierten una posible segunda vuelta que pudiera echar al traste el pensar correísta y que podrían enfrentar lo que ocurrió en las elecciones anteriores, en las que una de sus peores pesadillas llegó al gobierno.

 La decisión de quién guiará el futuro de nuestro país aún sigue en manos de los electores. Electores, la mayoría de ellos irreflexivos e intestinales.