ADN confirma la muerte de los cuatro adolescentes de Guayaquil tras operativo militar
Los restos encontrados el 24 de diciembre, en Taura, corresponden a los hermanos Ismael y Josué Arroyo, Nehemías Arboleda y Steven Medina, de entre 11 y 15 años, según resultados de pruebas de ADN.
Los resultados de las pericias de genética forense confirman que los cuatro cuerpos encontrados en la zona de Taura (Guayas) corresponden a los tres adolescentes y un niño desaparecidos tras un operativo militar, el pasado 8 de diciembre, informó la Fiscalía este martes, 31 de diciembre de 2024.
Entre lágrimas y casi sin poder hablar, Antonio Arroyo, tío de Ismael y Josué, dos de los niños desaparecidos de Las Malvinas, en el sur de Guayaquil, le informó a la prensa que tras la formulación de cargos la Fiscalía confirmó a los familiares que los cuatro cuerpos incinerados hallados en Taura corresponden a los niños desaparecidos.
Abraham Aguirre, abogado del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH) confirmó que los exámenes antropológicos y de ADN realizados a los cuerpos confirmaron las identidades.
Se trata de los hermanos Ismael Arroyo, de 15 años, y Josué Arroyo, de 14, y sus amigos, Nehemías Arboleda (15) y Steven Medina (11).
Los restos fueron encontrados en una zona de Taura, parroquia perteneciente al cantón Naranjal en Guayas, y donde se encuentra una base de la FAE, el 24 de diciembre pasado.
Hasta allá llegaron equipos de la Dinased y antropólogos para comprobar que los cuerpos hallados correspondían a los menores de edad.
Los familiares de los menores han indicado que la noche de la desaparición, ellos se dirigían a una tienda a comprar pan tras jugar en una cancha de fútbol en la ciudadela Coviem, cerca de su domicilio en Las Malvinas, sur de Guayaquil.
Mientras que el Gobierno ha señalado que los niños fueron aprehendidos durante un «presunto robo» a una ciudadana, y que uno de ellos fue entregado por la propia ciudadanía, según consta en un informe del operativo militar de aquella noche.
Pero esa versión es negada por los familiares de los niños, quienes sostienen que sus hijos eran estudiantes y deportistas destacados.
La situación es confusa, considerando que hay información de que los adolescentes fueron liberados por los militares, incluso, un ciudadano habría facilitado a uno de los menores el uso del celular para que se comuniquen con sus familiares. De ahí no se sabe que ocurrió con los menores, hasta que se encontraron unas osamentas calcinadas en una zona de la parroquia TAURA del cantón Naranjal, Guayas, lo que generó expectativas en las autoridades, hasta hoy martes 31 de diciembre de 2024, que la fiscalía confirma que los restos pertenecen a los cuatro menores capturados por militares el pasado 8 de diciembre.
Dolor y rabia
A la noticia de la confirmación de que los cuerpos incinerados encontrados en Taura corresponden a los menores, con base en pruebas antropológicas y de ADN, en los exteriores del Complejo Judicial Valdivia del sur de Guayaquil se vivieron escenas de rabia y dolor.
Niños llorando en las veredas y adultas mayores que no podían sostenerse en pie, eran auxiliadas por amigos y familiares de las víctimas. Mientras, otros familiares descargaban su frustración a gritos contra personas que se habían convocado en una manifestación paralela a favor de los militares procesados.