Debate: no hubo mayor enfoque en las propuestas de los candidatos

El debate se dividió en los cinco ejes temáticos que se abordaron: seguridad, régimen económico, política social, democracia y sostenibilidad. Cada candidato tuvo un minuto para responder a las preguntas de los moderadores y luego se dieron paso a réplicas y contra réplicas, que en los primeros cuatro segmentos las realizaron los propios candidatos.

Las propuestas se concentraron más en aspectos particulares, que en las propuestas e ideas que expusieron cada uno de los candidatos.

Una vez que arrancó el debate, el segundo momento con más reacciones fue la invitación de Yaku Pérez a jugar ecuavóley, fuera de los dos momentos más álgidos, protagonizados por Armijos y Pérez, las conversaciones en redes sociales se inclinaron más hacia Luisa González, Yaku Pérez y Jan Topic

Una pregunta a cada candidato con 60 segundos de respuesta. Y luego dos repreguntas de alguno de los otros candidatos sacados al azar de unos sobres, como si de un concurso de televisión se tratara.

En un punto, no sólo se perdió uno de los candidatos, sino también los moderadores. Y la producción del programa tampoco pudo zanjar la notoria incertidumbre de las partes, en los momentos de confusión.

El conjunto de los candidatos condenó el asesinato de Fernando Villavicencio el pasado miércoles 9 de agosto. Al unísono, se mostraron comprometidos con la urgencia de la lucha contra la inseguridad y, según su línea política, explicaron sus distintas propuestas para combatirla.

Otro punto de encuentro fue la condena al Gobierno de Guillermo Lasso, al que varios candidatos culpan de la crisis actual que sufre el país.

El conjunto de los candidatos condenó el asesinato de Fernando Villavicencio el pasado miércoles 9 de agosto. Al unísono, se mostraron comprometidos con la urgencia de la lucha contra la inseguridad y, según su línea política, explicaron sus distintas propuestas para combatirla.

Otro punto de encuentro fue la condena al Gobierno de Guillermo Lasso, al que varios candidatos culpan de la crisis actual que sufre el país.

Ecuador se encuentra azotado por un auge de violencia que toca extremos peligrosos: en la primera mitad del año, la Policía registró 3.500 muertes violentas en el conjunto del territorio. La tasa de homicidios por 100.000 habitantes fue de 25 en 2022: en siete años, se multiplicó por cinco. El Gobierno asocia el fenómeno principalmente al crecimiento de las redes de narcotráfico, pero analistas critican también la débil respuesta por parte del Estado y la ausencia de medidas efectivas contra los eslabones de la criminalidad.